lunes, 10 de septiembre de 2012

UNA EXTRAÑA VISITA II

Desperté y mire a mi alrededor, el se había ido, "tal vez venga por mi", pensé, e hice aun lado la cobija para salir de la cama, en aquel movimiento rápido un papel salio volando de la cobija, " te veo en el bosque, hoy solo seremos tu y yo" , sentí una emoción inmensa sabia que el ya debía estar ahí, tenia que apresurarme, no podía llegar tarde, de ser así, perdería tiempo, tiempo que necesitaba a su lado. Me di una ducha de casi cinco minutos deseaba tanto estar a su lado que de pronto me di cuenta de que ya me encontraba totalmente arreglada, tome un abrigo cálido y salí corriendo de la habitación, mire la habitación de Leo discretamente y mire que estaba aun dormido, mira la habitación de mi madre y me asegure de que se hubiera ido al trabajo, "perfecto", pensé, baje con percusión las escaleras, abrí la puerta y salí sigilosamente de casa, al sentirme libre de mis propios miedos corrí y corrí lo mas rápido que podía al bosque.

Al llegar a las orillas del bosque mire que había un hermoso camino de pétalos de rosas rojas que contrastaban, con el color de la nieve. Sentí una emisión impresionante, solo quería llegar al final del camino y poder estar a su lado, pero extrañamente el camino aun seguía marcado y yo se guia sin encontar el fin de tal camino.

-¿Alex, donde estas?- dije un poco asustada.

-Sigue caminando amor-contesto y yo obedecí inmediata mente. Comencé a correr como si una extraña fuerza me lo ordenara y entonces me detuve.

-¿Alex?- volví repreguntar ahora mas asustada.-Esto ya comienzo a asustarme.

-¿Estas asustada?- pregunto de nuevo y fue entonces cuando el tono de la voz cambio y detrás de una árbol salio un chico de apariencia joven, de ojos completa mente obscuros plenamente hermoso, con el cabello corto y peinado muy a la moda. Era hermoso sin duda hermoso.

-¿Quien eres?- pregunte, aunque para el momento de mi fin ya sabia que el era un vampiro.

-Siempre las mismas preguntas con la respuesta en sus mentes-respondió con una mirada de odio.-Sabes que soy, yo se que asquerosa criatura eres, aun que debo admitir que muy hermosa, me llamo Albert, soy un viejo amigo de tu traidor novio, tal vez debería divertirme contigo antes de aniquilarte, ya que eres la única razón por la que el se negaría a servir a los Rullon.

-Aun que me aniquilaras aquí mismo estoy segura de que Alex no se volvería un aliado mas de ustedes- dije mientras buscaba mi varita detrás de mi, la había olvidado, al parecer estaba acabada.

-Tienes razón, pero, aun así no pierdo nada con intentarlo- dijo mientras se acercaba velozmente.

-¡Eris!- grite y al instante el se detuvo en seco.Sabia que aquel hechizo duraría poco así que corrí, corrí asta que las piernas se me caían en pedazon y entonces apareció frente a mi.

-¿Es todo lo que una asquerosa bruja puede hacer?- pregunto con ironía.

-¡Arceo!-volví a gritar y entonces el fue arrogado a miles de metros de mi y yo en un intento por salvar mi vida seguí corriendo aun que algo en mi sabia que era inutil, no sabia que hacer asta que recordé que
Andru escuchaba pensamientos ajenos en la mente de los demás. ¿Acaso escucharía mi petición de ayuda estando tan lejos? no tenia otra opción debía intentarlo, no tenia las suficiente fuerza sin mi varita para derrotar a un vampiro, "Andru ayudame me esta siguiendo no puedo mas", pensé. En aquel momento cuando caí fue lo ultimo que deseaba, que mi mensaje llegara a Andru, entonces volví a ver a Albert, cerca de mi, yo había caído.

-¡Alto!- susurro.-Ahora me toca jugar a mi y con la ventaja de que eres una bruja sin armas para defenderte me divertiré mucho hoy, "dolor".

Al finalisar esta ultima palabra una inmenso dolor comienzo a invadir mi cuerpo, me dolía cada centímetro de cuerpo, ardía, quemaba por dentro, sentía cada hueso de mi cuerpo casi apunto de estallar, grite, grite de dolor como jamas pensé haberlo hecho, estaba sola, el no estaba, Alex no estaba, Leo tampoco.

-¿Es todo lo que un asqueroso chupa sangre de Rullon puede hacer?-dije llorando.

-Así que eres muy fuerte, pero bueno tus deseos son ordenes, "agonía"- dijo y al instante sentí como cada célula de mi cuerpo era cruelmente aniquilada, ya no tenia fuerzas, pero no podía dejar que me escuchara implorar muerte.- Suplica tu muerte.

-Nunca- dije casi en un limitado susurro.

-Así que esta es la forma en la que se acaba con la basura- dijo con sarcasmo y en aquel instante el dolor desapareció, estaba muriendo.-No eres tan fuerte después de todo.

El se aserco a mi sigilosamente, sabia que era mi fin, tendría el mismo final que mi amada abuela, moriría a manos de una vampiro, moriría sin volver a ver a Alex, aquel chico se aserco mas y cuando levanto mi cabeza para descubrí mi garganta un remolino de nieve impidió aquel acto.

-Maldito cobarde dejala-grito una voz que me pareció familiar, era Andru.

-¡Cidi!-grito otra voz era Leo.

-¡Anhie! ¡No por favor ! ¡abre los ojos! ¡No!-dijo una voz calida, la voz de Alex de mi Alex.-Despierta.

-No pensé encontarte aquí Andru, tranquilo solo me divertia-dijo Albert retrosediendo y con intensiones de escapar.

-Hiciste una mala eleccion para tu diversion-respondió Andru.

-Dejamelo ami-dijo Leo apuntanto su varita contra Albert.-¡Caesum!

-Adios Albert- dijo Andru mientras Albert agonizaba por el hechizo de Leo, Andru  lo miro y sin decir nada Albert solo solto un grito agudo de dolor y se extinguio dejando un fetido olor a muerte.

-¡Por favor Any! despierta por favor- susurraba Alex con un dolor inmenso reflejado en su voz.-Te amo.

- Esta muriendo Alex es casi imposible salvarla los poderes de Albert eran muy fuertes-dijo Andru tratando de que Alex aceptara que yo talvez podia morir.

-Solo hay una manera de poder salvarla- susurro Leo, yo en mi inconsiente sabia que era lo que el hiba a hacer y si estuviera lo suficientemente consiente no lo hubiera permitido.

-¿Que haras?- pregunto Alex.-Salvarle la vida a la mujer que amo, a mi amiga, a mi hermana y compañera de infancia, no permitire que muera, yo la amo, "auxilia atum".

Al decier estas palabras del pecho de Leo salio un resplandor de luz, era parte de su energia y su magia interior, era la mitad de su vida potencial, era la mitad de su vida y me la habia dado ami quedando el debil y suceptible a algun ataque vampirico, para ser mas clara, era el acto de amor mas grande que un mago o hechizero hacia, seder la mitad de su vida aun ser amado. Aquella luz penetro en mi pecho dandome un nuevo suspiro haciendo latir mi corazon un poco mas rapido, pero, con un par de fracturas. Leo cayo al instante y se levanto para fingir que aun se encontraba bien.

-Llevala a casa- susurro Leo dirigiéndose a Alex.

-¿Necesitas ayuda?-pregunto Andru con un poco de preocupación

-No- respondió Leo levantandose y caminando un poco lento.

Alex me llevaba en sus brazos y entonces abrí los ojos, lo mire un instante e impresionada mire como de sus ojos caían un par de lágrimas, siempre supe que los vampiros no lloraban, que eran seres sin la capacidad de llorar, eso siempre me había dicho mi abuela, pero estaba equivocada, Alex lloraba.



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